Si la velocidad de circulación vehicular aumenta, los costos por accidentes automovilísticos pueden ser más altos, lo que impactaría el cálculo de riesgos de las aseguradoras.
La contingencia ambiental que ha afectado a la Ciudad de México puede elevar el costo de los seguros vehiculares, anticipó Recaredo Arias, director general de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
“La velocidad de circulación de los vehículos sería mayor y el costo medio de los accidentes sería mayor, aunque la frecuencia bajaría”, explicó el directivo en conferencia de prensa.
Un seguro vehicular básico, que ampara responsabilidad civil y daños a terceros, cuesta en México entre 1,500 pesos y 5,084 pesos, según datos del simulador de seguros de automóviles de la Comisión Nacional para la Protección y defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
En México, el costo promedio por accidente vehicular es de 24,603 pesos, según datos de AMIS.
El directivo de AMIS explicó que la industria aseguradora no puede diseñar productos para proteger o indemnizar a los conductores en caso de que, por una medida de gobierno, deban dejar de circular.
“Nosotros no vemos que haya seguros para indemnizar en caso de contingencia, son decisiones de las autoridades. Los seguros no pueden incluir cláusulas en caso de que una fábrica deje de operar o un auto no pueda circular determinados días”, manifestó Arias.
Sector asegurador, con rezago en tecnología
El directivo de AMIS reconoció que el sector asegurador se encuentra rezagado en tecnología, en particular porque las aseguradoras se enfocaron durante los últimos dos años en la nueva ley de instituciones de seguros y fianzas.
Otro reto que enfrentan las aseguradoras es el robo de identidad. Al preguntarle si esta problemática tuviera un semáforo, qué color tendría en México, Arias respondió que sería amarillo.
“Estamos en un ámbar. Por eso las autoridades financieras están alertando para que la gente esté consciente de que existe el riesgo y tomen medidas de prevención”.
El director general de AMIS detalló que el robo de identidad afecta más a las personas, mientras que el ‘hackeo’ o secuestro de bases de datos golpea más a empresas.
Entre enero y septiembre de 2015, las reclamaciones a un posible robo de identidad llegaron a 40,436, desde las 30,154 registradas en el mismo periodo de 2014.
“Estamos en la etapa de alerta ante estos riesgos. Tiene que haber una gestión contra ellos. Al interior de la gestión, el aseguramiento es una de las estrategias”.
Fuente: Forbes