Ya que el conducir es una actividad que se hace tan rutinariamente es común que se le comience a tomar a la ligera aun cuando no debería ser así pues representa una gran responsabilidad no sólo consigo mismo, sino con los peatones y demás conductores. Es por ello que hay quienes adquieren hábitos de manejo peligrosos para sí mismos y para los demás.
4 hábitos de manejo peligrosos
Conducir bajo el influjo del alcohol
Con todo y las miles de campañas que advierten de los peligros mortales que implica el conducir cuando antes se ha bebido alcohol y las medidas gubernamentales para sancionar a quienes lo hacen como el alcoholímetro, la realidad es que muchas personas siguen incurriendo en esto haciéndolo uno de los hábitos de manejo peligrosos. El alcohol en la sangre provoca que el cerebro tarde más en reaccionar por lo que el riesgo de accidente es mucho mayor.
No poner atención al camino
La calle no es sólo de quien conduce, hay más autos y más gente por lo que un solo segundo de distracción puede significar un accidente con consecuencias que pueden ser incluso fatales. Es muy importante que al conducir de tenga plena atención en el camino y los alrededores; hablar por celular, tener la música muy fuerte, virar la vista a otros lados, etcétera quita atención en el entorno y, en consecuencia, implica mucho riesgo.
Manejar a exceso de velocidad
Existe una correlación entre la velocidad a la que se tiene un accidente y la gravedad de éste. Mientras más rápido se conduzca, mayores serán las consecuencias de un posible accidente. Por ello es muy importante respetar los límites de velocidad, estos son indicativos de las actividades que se llevan a cabo en la zona, por ejemplo, donde hay una escuela la velocidad debe ser mínima para no poner en riesgo a los niños.
Conducir cansado
Al manejar se necesita estar alerta y eso es imposible si se está cansado. Cuando se hará un viaje largo es muy recomendable no hacerlo por la noche pues el cerebro está acostumbrado a que esas son las horas de descanso y el café no hace milagros. Lo ideal es hacerlo por la mañana tras una buena noche de sueño.