Los seguros puede salvar una Pyme

Los seguros puede salvar una Pyme

Eran alrededor de las 3 de la mañana cuando el teléfono de Ángel sonó, despertó con la sensación de que algo andaba mal. Del otro lado del auricular una voz le decía que de su local salía una gran cantidad de humo. Colgó, se vistió lo más rápido que pudo y salió corriendo. Cuando llegó al lugar vio al cuerpo de bomberos, el cual por fortuna controló el siniestro antes de que se convirtiera en una catástrofe, sin embargo, al entrar a su negocio encontró todo destrozado. La tintorería, que tanto dinero y esfuerzo le había costado abrir, se había esfumado en solo unos cuantos minutos.

Algunos daños eran menores, pero la maquinaria principal quedó inservible, como la máquina de lavado en seco, las mesas de desmanchado y planchado, la lavadora, la secadora y el carrusel transportador de ropa; en conjunto se trataba de una pérdida que rondaba medio millón de pesos. Una cantidad con la que Ángel no contaba, lo que significaba que tendría que cerrar definitivamente.

En el momento preciso, la desesperación hizo que Ángel no lo pensara, pero pronto recordó que tenía un as bajo la manga. Años atrás, pocos meses después de abrir su tintorería, por recomendación de su esposa adquirió una póliza de seguros, y entre las coberturas destacaba una contra incendios. “El alma me regresó al cuerpo, sabía que no todo estaba perdido. Lo que hice inmediatamente fue contactar al agente que me vendió la póliza, él me asesoró en todo el proceso, y en seis meses logramos volver a poner en marcha el negocio”, recordó.

El caso de Ángel es la viva imagen de que un seguro puede convertirse en la diferencia crucial entre la vida y la muerte de una empresa. No obstante, datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) muestran que del universo de microempresas que operan en México, solo 2 por ciento están aseguradas, lo mismo sucede entre las pequeñas compañías, donde la cifra llega apenas a 5 por ciento.

En tanto, entre las medianas empresas la cifra va de 30 a 35 por ciento, y aunque es una cantidad superior, la realidad es que aún es baja y alarmante si se toma en cuenta que, según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), existen en el país más de 5 millones de unidades de negocio, de las cuales aproximadamente 90 por ciento son micro, pequeñas y medianas.

En entrevista con MILENIO, Luis Álvarez, director de autos y daños de la AMIS, indicó que las razones por las cuales una compañía no se asegura son varias, pero resalta la idea de que nunca les pasará nada malo. “Hay mucha gente que tiene en mente que no les va a suceder a ellos. El problema es que los accidentes pasan, y aunque tengamos todos los cuidados, como la mejor instalación eléctrica, eso no nos hace inmunes a un incendio”, apuntó.

Datos proporcionados por GNP Seguros revelan que 60 por ciento de las microempresas está expuesta a sufrir un siniestro en el primer año de vida. De acuerdo con la firma que asegura a 40 mil compañías en todo el país, los costos promedio de los siniestros a los que se puede enfrentar una microempresa son los siguientes: 117 mil pesos para instalaciones y contenidos, consecuencia de incendio, inundación y terremoto; 26 mil 500 pesos por robo; 12 mil 500 pesos por afectaciones a terceros, y 3 mil pesos por rotura de cristales. “Esos son costos para microcompañías, pero si hablamos de medianas y grandes, las cifras se potencializan, dijo Florencio García, director de seguros corporativos de GNP.

Según información de Axa Seguros, alrededor de 80 por ciento de las Pyme que operan en México desaparece antes de cumplir tres años, y de ellas una de cada cuatro carece de un seguro que le brinde la oportunidad de salir del bache e intentar seguir adelante.

“Si uno tiene una pequeña o mediana empresa, pues muchas veces es todo el patrimonio que uno ha juntado, son todos los activos con los que uno cuenta y se pude perder todo en cuestión de segundos, minutos u horas. Todo el patrimonio acumulado se puede perder y volver a iniciar sin una cobertura de seguro adecuada puede ser muy difícil”, advirtió Luis Álvarez.

A iniciar desde cero

Don Felipe, como lo conocen en el barrio, es un señor de casi 60 años de edad y se gana la vida a duras penas vendiendo dulces en un pequeño puesto ambulante en Ciudad de México; sin embargo, recuerda con cierta tristeza que no siempre fue así, pues hubo un tiempo en el que fue dueño de una tienda de abarrotes, que aunque no era grande le daba los ingresos suficientes para llevar una buena vida.

Con la cara llena de arrugas y sonriendo pese a todo, este comerciante ahora ambulante narra su historia. “Fue por allá del 2005 o 2006, tenía una tienda de abarrotes aquí en Iztapalapa. Me iba bien, cada vez vendía más, pero una noche entraron a robar, me la dejaron vacía, se llevaron casi toda la mercancía y todo el dinero que tenía en la caja. Ya no había qué vender, no tenía dinero para comprar más cosas y menos para pagar la renta. Algunos proveedores me fiaron producto, pero solo aguanté unas semanas y tuve que cerrar”, recuerda.

Don Felipe reconoce que nunca pasó por su mente contratar un seguro porque para él era una cosa que simplemente no necesitaba. No veía el caso de pagar por algo que podía no sucederle, además acepta que nunca ha entendido bien cómo funcionan. La realidad es que un imprevisto lo dejó sin el patrimonio de toda una vida, y ahora, casi al final de su vida, continúa intentando levantar su negocio.

Según Luis Álvarez, directivo de la AMIS, el robo de contenidos es uno de los peligros más grandes a los que están expuestos las micro, pequeñas y medianas empresas, toda vez que han detectado que con el deterioro de la economía, los índices de robo, ya sea a negocios, casa habitación o autos, se ha ido incrementando de manera importante.

¿Caros y desconocidos?

Para Florencio García, directivo de GNP, la principal razón por la cual el nivel de aseguramiento entre las empresas en México es bajo se debe al desconocimiento de esta herramienta y a la escasa cultura del seguro. Sin embargo, acepta que también el sector tiene responsabilidad, por lo que trabajan en facilitar el acceso, en amplificar la información, en contar con buenos agentes y en crear campañas para sensibilizar a la población.

De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, ante la pregunta explícita de por qué no dispone de algún seguro, 27.5 por ciento de la población mexicana respondió que la principal razón es que son muy caros; sin embargo, 25.9 por ciento destacó que no sabe qué son, cómo funcionan o dónde solicitarlos.

Lo anterior es uno de los principales retos de las compañías aseguradoras, y según Luis Álvarez, desde la AMIS trabajan en la simplificación de productos y sobre todo en la revisión de casos confusos; es decir, aquellos donde los clientes no entendieron bien las cláusulas de las pólizas.

Respecto a la percepción de que los seguros son caros, el representante del organismo invitó a hacer una reflexión: “Supongamos que una pequeña empresa tiene un seguro por el que paga 12 mil pesos al año, y en un robo pierde 300 mil pesos de mercancía, no suena muy lógico lo de caro porque el riesgo existe. Para cubrir 300 mil pesos con una prima de 12 mil pesos anuales se tendría que reservar 25 años ese dinero, por algo que puede pasar en unos cuantos segundos”.

Seguros básicos

Para el director de autos y daños de la AMIS, es un hecho que en México hay negocios tan pequeños que apenas logran ingresos para pagar la nómina, cumplir con los impuestos y no quebrar, lo que provoca que el seguro no sea una prioridad; sin embargo, es fundamental que estén bien protegidos, por lo que deben considerar tener una póliza que los cubra de imprevistos básicos, como incendios, terremotos, inundaciones, robos y daños a terceros.

“Por supuesto que para una Pyme tener o no un seguro puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. El patrimonio se puede perder completamente en un segundo. Imaginemos una empresas que tenga inventario y puestos de trabajo, y que de la noche a la mañana pierda 100 por ciento de sus activos en un terremoto, incendio o robo, ¿cómo volver a empezar si no habrá ventas para pagar nóminas?”, apuntó.

En tanto, para Florencio García, de GNP, el seguro es un respaldo financiero frente a las situaciones que vulneran la estabilidad y productividad de las empresas, y en definitiva, contar con uno puede cambiar la historia no solo de las compañías, sino también de las personas.

Proceso

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), señala que algo fundamental al momento de contratar cualquier seguro es leer a detalle todos los puntos del contrato, de modo que se esté totalmente al tanto de los alcances de la cobertura.

Según Axa Seguros, solo uno de cada dos asegurados en México conoce las coberturas y exclusiones de su póliza.

De igual forma, la Condusef recomienda que antes de adquirir un producto de este tipo se haga un análisis preciso de cuáles son las necesidades y la capacidad financiera; asimismo, es importante realizar comparativos entre aseguradoras, toda vez que se pueden obtener ahorros significativos.

Actualmente es posible contratar seguros básicos por medio de canales digitales; sin embargo, diversas aseguradoras coincidieron en que lo más recomendable para una empresa que busque protección es acercarse a un agente de seguros toda vez que ellos son los especialistas y pueden brindar la asesoría necesaria y, sobre todo, sugerir qué tipos de coberturas son las que en verdad necesita.

Una vez que se tiene contratado el seguro, la Condusef señala que es indispensable tener la póliza a la mano y en un lugar seguro, de preferencia junto a otros documentos clave que se puedan tomar con facilidad en caso de incendio, inundación o terremoto, dado que se trata de un elemento clave al momento de realizar la reclamación del seguro.

Según el organismo protector, existen pasos concretos para lograr un cobro exitoso del seguro: lo primero es que al contratar el producto se proporcione una declaración exacta de los riesgos; pagar de manera puntual; cumplir con el reporte de estado de riesgos; poner atención al contrato que se firma y dar aviso sobre el estado del siniestro.

Sobre este último punto, es importante dar un reporte claro y completo de los hechos a la aseguradora, lo cual de preferencia debe ser de manera inmediata.

Responsabilidad civil

Una cobertura que cada día cobra más importancia es la de responsabilidad civil, toda vez que no importa si se es una persona o una empresa; todo aquel que genere un daño es responsable de los gastos tenga o no una póliza de seguros, destacó Luis Álvarez, director de autos y daños de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

“Algo muy importante es la responsabilidad civil, que son los daños que yo puedo causar a un tercero. Eso incluye cosas como si el incendio que se generó en mi ubicación se le pasó al vecino, si una barda de la empresa cayó y tiró una suya, todo eso genera un costo económico del cual uno mismo es responsable, por eso es imporatnte tener una cobertura que permita pagar los daños”, dijo el especialista.

Otro escenario, planteó Álvarez, es suponer que al entrar al local de la empresa un cliente sufre un accidente, por ejemplo, una caída que le provoque una fractura; por raro que suene, el negocio donde sucedió el accidente es responsable de los gastos médicos, y en caso de tener un seguro de responsabilidad civil, la empresa tendrá que afrontar los gastos como sus propios recursos.

Según el directivo de la AMIS, existen seguros que venden las coberturas básicas en un mismo paquete, pero se pueden agregar muchas más.

Riesgos

  • El robo, los incendios, los sismos y las inundaciones son los peligros más grandes a los que están expuestas las empresas mexicanas.
  • Con el deterioro económico, la AMIS ha detectado que los robos han aumentado, ya sea en casas o en empresas.
  • Los mexicanos no se aseguran porque consideran que cuesta mucho; sin embargo, el desconocimiento es otro factor importante

Fuente: Milenio

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